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ENtrevista
el viaje de un emprendedor
VINO Y VISIÓN
Miguel Hernández, enólogo reconocido a nivel internacional y quien está detrás de Casa Miguel Hernández, comenzó su carrera en Baja California en L.A. Cetto, para, posteriormente, continuar en Santiago, Chile, y concluir sus estudios en Francia. Su desarrollo profesional comenzó en 2007 y ha continuado hasta la fecha. A pesar de mantener relaciones estrechas con Francia, especialmente en temas relacionados con la planta, su pasión por el vino lo llevó a emprender su propio camino. Hernández describe el vino como una forma de alquimia, en la que un producto del campo, a menudo expuesto a duras inclemencias, se transforma en algo tan refinado como el vino. Esta fascinación por el proceso lo llevó a enamorarse de su carrera, y desde entonces no ha dejado de trabajar en ella. LA CREACIÓN DE SU PROPIA MARCA Respecto a la creación de su propia marca, Hernández menciona que su sueño siempre fue hacer vino. A medida que avanzaba en su carrera, se dio cuenta de que Puebla, por razones históricas, fue el primer lugar en América en plantar viñedos. Esto lo inspiró a rescatar la tradición vinícola de Puebla, una región con una rica historia vitícola, incluso antes de la fundación de la ciudad.
El proyecto de Casa Miguel Hernández busca recuperar este legado y reflejarlo en los nombres de sus vinos, como Origen, Herencia y Angelis, que están profundamente enraizados en la historia local. Sobre las condiciones climatológicas de Puebla para la producción de vino, Hernández explica que el clima en Puebla es muy diferente al de otras regiones vinícolas de México, como Sonora o Baja California. Para producir un buen vino, es crucial seleccionar cuidadosamente la variedad de vid y las parcelas de cultivo. Hernández y su equipo han escogido parcelas con diferentes tipos de clima y suelo, desde zonas más frías hasta zonas más templadas, eligiendo variedades como Pinot Noir, Gamay y Chardonnay para asegurar que cada cepa pueda expresar su máximo potencial en el vino final. VINO 100% POBLANO El proceso de producción del vino, según Hernández, comienza con la fermentación de los tintos en contacto con las pieles de las uvas. Luego, sigue la fermentación maloláctica y un período de crianza y maduración que puede durar entre un año y año y medio antes de que el vino salga al mercado. Los vinos blancos y rosados se producen mediante el prensado de los mostos, es decir, el jugo como tal, de ahí su vinificación posterior. Hernández detalla que Casa Miguel Hernández produce cuatro tipos de vino: tinto, blanco, rosado y espumoso, y cuenta con siete etiquetas diferentes. El proceso para crear estos vinos ha sido largo y desafiante. Desde el inicio de la plantación en 2011, hasta la primera vinificación en 2017, la empresa ha enfrentado numerosos retos, incluyendo la logística de importar material genético de Francia y establecer la infraestructura necesaria. Las bombas vienen de Italia, y la embotelladora, de Barcelona.
Además, las botellas se producen en Chile, el corcho en Portugal y la cápsula en Estados Unidos; se trata de una operación global. Sin embargo, el vino es 100% poblano, elaborado únicamente con uvas del estado de Puebla. En la actualidad, Casa Miguel Hernández opera en 14 municipios del estado de Puebla, con viñedos en áreas que van desde climas frescos hasta cálidos. Los viñedos en zonas más frescas se ubican en San Salvador el Verde y Santa Rita Tlahuapan. También tienen zonas de transición, como Atlixco y Tecuanipan, que son más cálidas, así como áreas muy cálidas, como Izúcar de Matamoros y Tlapanalá. Además, cuentan con viñedos en Puebla Capital, en comunidades como San Jerónimo Caleras y Valsequillo. LA VENDIMIA Casa Miguel Hernández ofrece una experiencia única a turistas y locales, permitiéndoles conocer las entrañas de un viñedo. Hernández comparte que las experiencias ofrecidas a los visitantes buscan ser inmersivas, permitiendo a los participantes conocer de cerca el proceso
de vinificación, desde la cosecha, hasta el llenado de tanques en la bodega. Estas experiencias buscan conectar a los visitantes con el mundo del vino de una manera auténtica y educativa. Finalmente, Hernández ofrece un consejo a las futuras generaciones de emprendedores: formarse y prepararse adecuadamente. Recomienda a los jóvenes empaparse de todos los detalles de su idea de negocio y prepararse en temas como idiomas y formación especializada. Para él, la preparación es clave para enfrentar los desafíos que surgen en el camino empresarial: “soñar en grande y creerlo”.