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entrevista
Emprendedora imparable, guía a otros
Karime Morquecho
Si algo sabe hacer excelentemente bien Karime Morquecho Zetter, es vender. Lo aprendió por herencia familiar, aunque descubrió el amor por el comercio siendo niña. Fue tal su gusto por hacer negocios e ir en busca de oportunidades, que ella misma logró forjar su propio patrimonio a través de siete empresas. Actualmente, apoya a emprendedores mediante su asociación Mujeres Impulsando Mujeres (Mimasoc) y su libro “Guía del Emprendedor”. Si bien, entre sus marcas destacan las de venta de ropa, como RocknRom y Simona, otra dedicada a la venta de extensiones de cabello, denominada Trenza Tape 4K ultra invisible, así como la inmobiliaria Morquecho Hess Luxury Real Estate, Karime aclara que no es estilista, diseñadora de modas, ni tampoco constructora, sino “una empresaria mexicana a quien le gusta desarrollar estrategias de ventas”. Actualmente, también centra su energía en impulsar a su asociación, la cual inicialmente creó solo para mujeres emprendedoras, ya que su primer negocio tuvo muchos desafíos y uno de ellos fue haberse convertido en mamá cuando apenas tenía 18 años.
COMERCIANTES DE TRADICIÓN
Desde una infancia marcada por el bullicio del comercio y la calidez de una familia numerosa, Karime Morquecho pudo descubrir sus habilidades y su gusto por vender, lo que le allanó el camino a convertirse en empresaria y, posteriormente, en mentora de emprendedores. Nacida en Guadalajara, esta tapatía tiene raíces profundas que se extienden hasta el Líbano, de donde sus abuelos emigraron buscando un futuro mejor. Esta herencia de trabajo
duro y resiliencia ha moldeado a Karime en la mujer tenaz y apasionada que es hoy.
Creció rodeada de cajas de mercancías, gracias a la
incansable labor de sus abuelos y su madre. “Desde muy
chica, en casa de mis abuelos maternos siempre había trabajo
y éramos tantos, que nos ponían a los niños a armar
cajas”, recuerda con una sonrisa.
Las tiendas de su abuelo, Agustín Zetter (fundador de
Casa Zetter), eran un ícono en el centro de Guadalajara. Ella
aprendió desde muy joven el valor del trabajo en equipo y la
importancia del comercio detallista.
En las tiendas se vendían artículos para ceremonias religiosas,
desde ropones hasta las cajas con velas y artículos
para bautizo, que le tocaba armar a ella y a sus primos. “Así
era mi día a día y para mí era muy normal el comercio”.
Las lecciones de vida no solo vinieron del lado materno.
Por parte de su padre, Karime también heredó una rica
tradición en el negocio inmobiliario, un sector en el que su
familia ha estado involucrada por casi un siglo. “Mis abuelos
paternos crearon colonias muy conocidas de Guadalajara,
como Ciudad Granja y la Constitución”, comenta orgullosa.
Esta combinación de comercio e inmobiliaria cimentó su
capacidad para identificar oportunidades y materializarlas,
una habilidad que ha perfeccionado a lo largo de los años.
Su mamá también era comerciante y tenía sus propias
tiendas de ropa y de cosméticos, menciona Karime.
“Si me tocaba ir con ella y estaba en su escritorio trabajando, contando
dinero o hablando con proveedores, yo podía durar
ocho horas sentada observando. De alguna manera, yo escuchaba
mucho y aprendía al mismo tiempo aunque mi mamá
no me estuviera enseñando directamente”, dice.
APRENDIÓ JUGANDO
Jugar a vender era su diversión y, cuando estaba en casa de
sus abuelos, solía asomarse por una barda que daba a una
parada de camión. “Ofrecía cosas y las personas me compraban.
Cuando juntábamos 5 pesos, podíamos comprar papitas
y un Frutsi y éramos súper felices”, rememora Morquecho.
A los 15 años, Karime lanzó su primer emprendimiento
con el dinero que consiguió de la venta del primer coche que
le regalaron. “Buscaba esa independencia de decir: sí puedo
lograrlo, lo puedo hacer y, además, como un reto personal”,
explica. Esta ambición la llevó a fundar siete empresas que
hoy están activas, demostrando que con determinación y
trabajo duro, los sueños se alcanzan.
A los 17 años, Karime se casó y poco después se convirtió
en madre. “Me casé muy joven”, reconoce. Y la maternidad
temprana fue un desafío que asumió con valentía.
“A los 21 años entendí que salir a divertirme, aunque fuera
normal por mi edad, no era justo para mi hija. Entonces
empecé a tomar responsabilidades y a poner a mi hija
como prioridad”, recuerda.
Cuando la niña ingresó al kinder, Karime se inscribió en
la universidad y cursó la carrera de Decoración de Interiores,
aunque nunca ejerció esa profesión.
Karime aprendió a equilibrar sus roles de madre y empresaria, y a usar cada experiencia como una lección valiosa. “Hoy en día, disfruto muchísimo pasar tiempo con mis hijos. Soy mamá de un niño de 5 años y tengo una adolescente de 18 años. Estoy en extremos y los disfruto muchísimo”.
SU IDEA DEL BIENESTAR Más allá del comercio y la maternidad, Karime ha encontrado en el ejercicio una fuente de equilibrio y claridad mental. Hace cuatro años, descubrió el indoor cycling, una disciplina que la ayuda a resolver problemas. “A veces me pongo en la bici a pensar y pensar hasta que doy con la respuesta que estaba buscando”, comenta. Esta rutina no solo le ha permitido mantenerse en forma, sino también encontrar soluciones creativas para sus negocios y su vida personal. Además de vivir el emprendimiento con mucha pasión, decidió compartir su conocimiento con otros. Escribió “Guía del Emprendedor”, un libro que busca llevar a los nuevos emprendedores desde cero hasta lograr un negocio exitoso. “Es la guía que me hubiera gustado tener a los 15 años de edad, cuando puse mi primer negocio”, afirma.